¿Cómo debería ser la educación en el siglo XXI, cuál es el papel del maestro? Los procesos que se desarrollan en las aulas deben de tener una naturaleza dinámica y flexible. Requieren de profesionales capaces de resolver problemas de su entorno para que los estudiantes alcancen aprendizajes que permitan potenciar su desarrollo y calidad de vida.
El profesor de hoy es un aprendiz que vive en un tiempo y en un espacio sociocultural de permanente y cambiante configuración. Puede ser guía y faro.
La relación entre maestro y alumno debe ser una relación liberadora y no de poder o disciplina únicamente. Dicha relación se genera cuando comparten conocimientos y herramientas útiles y trascendentales para la vida; un maestro puede transmitir a sus alumnos el amor por la materia que imparte, por la investigación, por el trabajo, por la riqueza de las relaciones con los demás, por la vida y sobre todo, por el descubrimiento y la construcción de sí mismo.
El papel del maestro en la educación participa dentro de una organización como lo es la escuela, que es parte de un sistema educativo vinculado en tres partes: maestros en el consejo técnico escolar, en donde se discuten contenidos curriculares. Maestro frente a grupo, lo que se traduce en prácticas didácticas en el salón de clase. Y por último, puente y colaborador entre la escuela y los padres de familia para reforzar el estudio en casa o bien informar de alguna situación especial del estudiante.
El nuevo perfil del docente solicita un alto compromiso hacia ellos mismos para seguir preparándose y actualizando; hacia la comunidad educativa, demanda una opción de vida orientada a lo humano y a la construcción de un sociedad más justa colaboradora y equitativa, con valores dirigidos a la paz, el respeto a la vida y a la diversidad.
El papel del maestro del siglo XXI debe tener un compromiso con la superación personal, con el aprendizaje, con los alumnos, con la creación de una sociedad mejor y con la revolución educativa y social que se requiere urgentemente.
Por lo anterior, el docente debe ser:
* Modelo de aprendiz, de nuevas estrategias, técnicas, nuevos enfoques y destrezas reales en un mundo globalizado, competitivo y especializado características propias de la era del conocimiento.
* Líder, que orienta, da sentido y fortalece el esfuerzo de sus alumnos, conduciéndolos a una sociedad con mayor libertad, con muchas alternativas pero también cargada de incertidumbre, que requiere flexibilidad de pensamiento.
* Indagador e investigador, que enseñe a pensar, descubrir, formular, a buscar.
En fin, un maestro de la vida, que coloque en el centro de su vocación los valores humanos, solo así esta tendrá sentido y podrá recobrar el lugar social que le corresponde a lado de los motores de transformación social.
Fuente:
Ing. Fernando Fabián López Bernardino. email: ing.fernando.ferfa@gmail.com
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